viernes, 20 de marzo de 2009

Semana Santa, Viernes de Resurrección

Recuerdo, como si hubiera sido hace mucho tiempo, que en la Universidad había una aspirante a poeta muy preocupada por la incidencia de las nuevas tecnologías en la literatura. En pocas palabras, que los poemas no le salían igual si los hacía con lápiz y papel que si los escribía en el ordenador. Jamás imaginó hasta que punto, años después, la tecnología iba a truncar mi vida en el arte. Sin ID, sin password, contemplando desde lejos mi blogg, sin poder acceder a él, tantas buenas ideas que se evaporaron cuando no pudieron formalizar su encuentro con la palabra. Mentían "aquellos" que hablaban de la libertad del alma y las bondades de un arte que ningún medio material puede detener... ¡mentira! La poesía no libera, muy al contrario, convierte las almas en prisioneras de las medidas virtuales de seguridad... ¿Qué es un ID, qué es un password? It is not hand nor foot / Nor arm nor face nor any other part / Belonging to a man. Pero sin ellos, que no son nada al final, sintagmas carentes de dimensiones, la poesía escrita en servilletas, en las paginas en blanco de la agenda (días pasados, sin nada digno de ser recordado) pierde su hilación con el resto del discurso cotidiano. Los trozos de papel se agrupan pero no encajan, como piezas de diferentes rompecabezas.

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