domingo, 22 de marzo de 2009

En la Luna, con Mike Torello

A sabiendas de lo sacrificado que puede llegar a resultar despertar un domingo a las 7 de la mañana y exponer el cuerpo a las bajas temperaturas de la calle, Madrid concede revelaciones a las pobres almas sonámbulas. Un sábado por la noche, transitando por sus avenidas, callejeando por los barrios, haría pensar "esta ciudad nunca duerme". Pero Madrid duerme, y la imagen de su despertar revela un mundo todavía más alucinante que el del propio Valle-Inclán. Siento muy dentro el impulso de acercarme a la primera cafetería que veo abierta y preguntar "¿Pasó ya por aquí el Ángel Exterminador?". Sodoma y Gomorra arrasadas por la sobriedad, de ellas quedan doscientos vasos deshechables arrojados a la calle, algún cuerpo a punto de hipotermia que alcanzó el sueño póstumo en algún portal, el olor a noche interminable y nuevo día. Y en algún sitio, a fuerza de manguera, poco a poco van borrándose los recuerdos del día vivido la noche anterior.

La Gran Vía está desierta. Pasan a mi lado los autobuses que van a Toledo, al Escorial, a Ávila ¡adiós a todos! El día no parece calentar, al aire helado se lleva los rayos del sol, quién sabe a dónde, los estarán racionando para cuando haya más gente en las aceras. Intento esconderme dentro de mi misma y espero el autobús. De pronto se detiene a mi lado un taxi:

-¡Guapaaaaa! ¡A ti te llevooo gratis a donde seaaa! ¡A la Lunaaa!

El taxista se parece a Dennis Farina... ¿ha dicho a la Luna? ¿o tal vez dijo a La Coruña? ¿O más bien dijo Lugo?

Tengo tanto frío que llevo el sí en la punta de la lengua... no puedo parar de reirme, doy las gracias, Mike Torello insiste, me río todavía más mientras pienso que los dos días que he pasado en el gimnasio por fin están rindiendo sus frutos. Mi chofer espacial me dice adiós, continúa su camino, me quedo ahí parada, imaginando la aventura que no tuve. Observo mi perfil en el reflejo de un aparador y analizo con detalle la perfecta línea que dibuja mi culito. No te desanimes, redondo y firme amigo, un día estaremos ahí, un día.

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